Cuando parecía que nos íbamos a quedar con el USB para toda la vida, resulta que ahora nos lo han cambiado. Pero, en este caso, no se trata más que de un pequeño retoque sobre el original. Y las ventajas que eso nos trae son muchas. Está claro que los progresivos aumentos de velocidad de la conexión USB no bastaban: también tenía que cambiar el conector en sí. Y, vista la aceptación que ha tenido el cambio (ya está presente en los Mac y en prácticamente todos los nuevos PCs), el conector USB-C ha llegado para quedarse.
¿Por qué hacía falta un cambio?
Aunque resulta difícil de creer viendo algunos ultrabooks, los ordenadores portátiles aún podrían ser mucho más delgados. Los fabricantes buscan continuamente nuevas formas de conseguirlo. El problema es que, con grosores de entre 10 y 15 mm resulta muy difícil añadir conectores. Teniendo en cuenta que un conector USB tradicional mide 3,5 mm de altura, esto deja muy poco margen. Cualquier puerto necesita que haya un poco espacio vertical libre en el interior para poder conectarse a la placa base y al resto del sistema, así como también debe quedar espacio libre para el enchufe. Es por todo esto que el conector USB-C, que comenzó a aparecer de forma habitual a principios de 2015, sea hoy en día muy importante.
No pasará mucho tiempo hasta que, al igual que las versiones anteriores de USB, la conexión USB tipo C se encuentre en todo tipo de dispositivos, desde ordenadores a discos duros externos. Pero hay mucho más en USB-C que eso. Aquí hay algunos hechos importantes que debe saber al respecto, ahora que está realmente a punto de convertirse en la corriente principal.
¿Qué es USB-C?
USB tipo C es el conector emergente estándar para transmitir datos y energía emergente en la industria tecnológica. Más de 700 empresas han estado implicadas en su desarrollo, incluidas Apple, Dell, HP, Intel, Microsoft y Samsung, lo que explica en parte por qué USB-C está siendo aceptado tan fácilmente por los fabricantes de PC a diferencia de otros intentos anteriores, como Apple Lightning.
¿Cómo es físicamente?
A simple vista, el conector USB tipo C es similar a un conector Micro USB, aunque es más ovalado y ligeramente más grueso. Su característica más destacada es que, como Lightning, USB-C no tiene orientación hacia arriba o hacia abajo. NO hay que andar peleando para enchufarlo ni comprobar de qué lado está para, si no, tener que darle la vuelta. Los cables también tienen el mismo conector en ambos extremos, por lo que no tiene que averiguar qué extremo va hacia dónde, que no ha sido el caso con todos los cables USB que hemos estado utilizando durante las últimas dos décadas.
USB-C y USB 3.1
El protocolo predeterminado con el nuevo conector USB 3.1, que con los 10 Gbps de su 2ª generación dobla la velocidad de su antecesor, USB 3.0. No hay que liarse: USB 3.1 es una norma, un estándar, y USB tipo C, un conector. Así, por ejemplo, es posible ver cables y puertos USB 3.1 con el conector antiguo, y viceversa. Pero, aparte de en algunos equipos de sobremesa, es mucho más común ver puertos USB 3.1 con conectores USB-C.
Vídeo y audio
La compatibilidad de USB-C para enviar audio, vídeo y electricidad al mismo tiempo significa que pueden conectarse y alimentarse dispositivos DisplayPort, MHL o HDMI nativos, o conectarse a casi cualquier otra cosa, suponiendo que tengan el adaptador y los cables adecuados. Lo que sí debes hacer es asegurarte de comprobar las especificaciones de cualquier PC que esté pensando en comprar, porque no todos los puertos USB-C son iguales. Aunque el estándar USB-C admite la conexión de pantallas DisplayPort y / o HDMI con un adaptador, no todos los fabricantes de ordenador han conectado internamente los puertos al hardware de gráficos de todos los sistemas.
Thunderbolt 3
Quizás el protocolo más útil que admite USB-C es Thunderbolt 3 .Sus características son espectaculares: ancho de banda de 40 Gbps, consumo de energía reducido y hasta 100 vatios de potencia. Con Thunderbolt 3, un solo puerto USB-C carga en ambas direcciones, así que te sirve para proporcionar energía a un dispositivo o para recibirla.
¿Necesita USB-C?
La presencia de puertos USB-C se está convirtiendo en algo a tener cada vez más en cuenta a la hora de comprar un ordenador. Si compras un portátil, incluso aunque no sea un ultrabook, es bastante probable que cuentes con, al menos, uno. Si te inclinas más por los equipos de sobremesa, seguro que también cuenta con él, sobre todo si es de gama media o alta. De todos modos, es solo cuestión de tiempo que lo usen dispositivos de todo tipo. De modo que, incluso si piensas que no te hace falta USB-C en estos momentos, es sólo cuestión de tiempo que lo necesites dentro de poco tiempo.
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